Markus S. Schulz: Hacia una sociología de posibilidades

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Sobre los futuros que deseamos, la sociología global y las luchas para un mundo mejor

For a Sociology of Possibilities (Ingles/English) | Español/Spanish) | Pour une sociologie de possibilités (Frances/Française)

Markus S. Schulz

Universidad de Illinois, Estados Unidos

 

El planeta globalizado está siendo arruinado por injusticias incesantes, conflictos rampantes y destrucción ambiental. Aun así, persisten esperanzas por un mundo mejor. Los sueños son alimentados por luchas valientes desde las junglas de Chiapas a las municipalidades de Johannesburgo, desde las calles de las capitales árabes a los barrios de Chicago, desde las rutas de los migrantes a los espacios virtuales de los nuevos medios de comunicación. No se han agotado las energías utópicas pero también pueden inspirar las innovaciones académicas. Los riesgos y oportunidades sin precedentes requieren nuevas formas de pensar.

La globalización ha desatado enormes ganancias de productividad y ha producido una riqueza enorme. Sin embargo, también ha exacerbado la desigualdad, la marginalidad y la pobreza. Los mercados, los estados, las sociedades y relaciones entre estás esferas están siendo reestructuradas profundamente a medida que la globalización conecta múltiples escalas sociales en formas cada vez más intensas. No hay nación, ciudad, barrio o comunidad intacta. Los efectos y experiencias son altamente desiguales y a menudo contradictorias. Nunca antes en la historia se han movido tantos migrantes, y los cambios ambientales inminentes posiblemente incrementarán esta tendencia. Los nuevos espacios transnacionales han incrementado la diversidad cultural, mientras que la movilidad se vuelve cada vez más un eje prominente de la desigualdad. Las nuevas tecnologías de la información y comunicación ayudaron a acelerar la globalización, pero unifican tanto como dividen, y facilitan tanto como previenen el intercambio libre. Están emergiendo nuevas formas de control, vigilancia y guerra.

Los modelos deterministas y las lógicas de respuesta militar han tenido muy poca visión de futuro, han resultado muy costosos y en últimas contraproducentes para la paz y la seguridad. Las soluciones sostenibles requieren análisis de problemas subyacentes más profundos y metodológicamente más abiertos. Los resultados de nuevas dinámicas transnacionales no son el resultado de unas fuerzas inevitables, sino que son socialmente moldeados por la agencia humana, que está condicionada por las instituciones pero también es reflexiva, y por tanto un resultado de decisiones y elecciones, intencionadas o no.

En muchas de las sociologías nacionales hoy en día, el futuro resulta ser ignorado espectacularmente. ¿Por qué es así? Entre las razones locales particulares, se puede identificar una visión particularmente popular. Esta visión advierte contra lidiar con el futuro porque no podemos saber nada de él, y dado que no debemos hablar de lo que conocemos, deberíamos estar más bien callados sobre el futuro.

Esta posición va en contra del hecho de que todos llevamos nuestras vidas diarias basadas en innumerables suposiciones sobre el futuro, de corto o largo plazo, pequeño o grande. El hecho de decidir si algo es posible o imposible, probable o improbable, deseable o indeseable, tiene consecuencias. La anticipación, la aspiración, las expectativas, las esperanzas, la imaginación, la planeación, proyección y visión son aspectos inherentes a la acción humana orientada al futuro.
Una vez aceptemos la necesidad de que la sociología se vuelva más propositiva aparecerán nuevas preguntas difíciles. ¿Cómo podemos conceptualizar el futuro? ¿Cuáles son las formas más fructíferas, y cómo valorar los modelos alternativos de acción? Encontrar respuestas a estas preguntas es una tarea a la que pueden contribuir varias aproximaciones teóricas.

En el pasado, el futuro a menudo se asumía como algo predestinado, predeterminado o al menos algo que progresaba en cierta dirección, y por tanto, con la aproximación apropiada, era algo predecible. Durante el periodo fundacional de la sociología, las fe ciega en algún tipo de futuro teleológico dio paso a la búsqueda positivista de leyes sociales, que algunos sociólogos (en las tradiciones de Comte a Durkheim) consideraban importante para administrar la sociedad. Marx compartía algunos de estos supuestos cuando anunciaba que las leyes de la historia apuntaban a un triunfo necesario del proletariado oprimido sobre la burguesía; aunque sí reconoció en sus trabajos más empíricos-históricos que no había una fórmula automática sino un margen amplio para la acción contenciosa. Algunos pensadores de, o comprometidos con, el Sur Global (por ejemplo Amin, Cardoso, Dussel, Guha, Quijano, Nederveen Pieterse, Saïd, Santos, Spivak) han desafiado los modelos prevalecientes de modernización según los cuales el llamado Tercer Mundo estaba atrasado en su desarrollo y sólo podría superar su atraso si seguía el camino del Norte Global.

La disociación de la experiencia social y las expectativas desató una innovación teórica junto con los fantasmas de la incertidumbre racional. Lo que es pudo haber sido diferente. La realidad existente pudo haber sido moldeada de forma distinta a través de la acción humana indeterminada, en formas más o menos reflexivas o más o menos conflictivas o cooperativas. Esta conciencia de la indeterminación está tematizada cada vez más en la teoría social contemporánea a través de la inclusión explícita de la agencia social y las múltiples trayectorias históricas. Hoy encuentra su expresión en el énfasis en la autopoiesis, la creatividad, la imaginación y la visión.

La reorientación de la sociología hacia el futuro se puede entonces beneficiar de un amplio rango de aproximaciones empíricas, analíticas y normativas para explorar los mundos diminutos de la micro interacción así como las tendencias macro más amplias que afectan al planeta entero. Por ejemplo, los recientes avances en la teoría de la acción superan las restricciones positivistas y el instrumentalismo estrecho. Las teorías de la acción colectiva y los movimientos sociales pueden ayudar a reconocer visiones alternativas formuladas desde las bases y a obtener un mejor entendimiento de la confrontación política. Las aproximaciones de diagnóstico temporales pueden ayudar a discernir tendencias pertinentes. Las teorías críticas pueden ayudar a señalar el valor de las decisiones en juego, desenmascarar los intereses particulares e identificar las consecuencias diferenciales para distintos sectores de la sociedad.

Los problemas urgentes del aumento de la desigualdad social, las violaciones de derechos humanos, el cambio climático, la degradación ambiental, y los fracasos de la distribución, el reconocimiento y la gobernanza requieren investigaciones orientados al futuro que puedan ir más allá de las perspectivas empresariales estrechas y los intereses corporativos y que puedan cruzar fronteras en busca de alternativas sostenibles. La actual crisis económica parece haber desacreditado las aproximaciones económicas que dominaron desde 1980 pero todavía hace falta una perspectiva más amplia que venga ciencias sociales a llenar este vacío. Se necesitan nuevas perspectivas conceptuales y herramientas metodológicas para la investigación sobre futuros posibles, probables, prevenibles y preferibles. Si la sociología se quiere volver relevante, necesita acoger una orientación más progresista y comprometerse con los distintos futuros imaginados por los diferentes actores sociales.

Note: Una version de este articulo aparece en Global Dialogue (2015, vol. 5, no. 2), editado por Michael Burawoy.

 

Markus S. Schulz es el Vicepresidente de Investigación de la Asociación International de Sociología (AIS / ISA) y Presidente del Tercer Foro de ISA 2016 en Viena. Entre sus más recientes publicaciones se encuentran la monografía sobre Future Moves: Studies in Culture, Science, and Technology (Futuros en movimiento: Estudios sobre cultura, ciencia y tecnología) de la revista internacional Current Sociology, Marzo 2015. Su página web: markus-s-schulz.net

 

Foto: Los Zapatistas son campesinos indígenas en Chiapas, México. Se han establecido un sistema de educación autónoma como parte de su resistencia en contra de injusticias y de sus luchas para crear un futuro mejor. La foto fue tomada en una comunidad en los altos.